¿Te dejaron y todavía no te explicas porqué?. ¿No sabes como seguir adelante?. Espero que estas líneas entonces te ayuden a despejar esas incógnitas y puedas saber como actuar de ahora en adelante.
No quiero entrar en aquellos casos de ruptura donde la relación por desgaste, por falta de amor, por discusiones, incompatibilidad, etc... tiene un final que la mayoría de las veces se perfila como inevitable, sino el caso en que una de las dos partes, por diversos motivos, por ejemplo, la aparición de una tercera persona, rompe la relación y hace que se derrumben los cimientos en que se construyó.
El fin de una relación, cuando en ésta se ha depositado mucho amor, proyectos, ilusiones, es devastador. Influyen muchos factores que pueden agravar la situación. Por otra parte, no es lo mismo una relación de dos meses que la de varios años por ejemplo, especialmente si ésta relación fue sastisfactoria, así como también si hay hijos de por medio, bienes, actividades o intereses comunes, etc.
Está claro que la que más sufre es en este caso la persona abandonada, mientras que la que decide ha evaluado de antemano los riesgos y tomado una decisión de forma unilateral mucho antes de decir la frase: no quiero seguir contigo.
Cuando sucede algo así, acordémonos que siempre es por algo. Pensad con la cabeza y no con el corazón, ya que nadie deja aquello que quiere, que ama. Luego basándonos en esto, y fijándolo en nuestra cabeza, pondremos nuestra primera piedra empezar nuestra recuperación.
En toda relación hay un rol de actuación determinado que hace que ésta funcione. Una parte asume un papel. La otra, otro. Cuando las cosas se tuercen, cuando cambian, cuando una persona en esa relación cambia su papel, malo. Muy malo. Algo sucede, o sucederá de forma inminente.
Aquellas personas abandonadas siempre intentan por todos los medios que la situación se revierta. Sólo piensan en una cosa: Que vuelva!.. Creen que con demostraciones de amor, de más atenciones, de sentirse culpable por cosas del pasado la otra parte recapacitará. No. En absoluto. Es al revés. Por mucho que nos intenten convencer de que sigamos con nuestro viejo auto, si estamos decididos a venderlo y comprarnos uno nuevo aunque nos quedemos arruinados o nos estrellemos con él, no cambiarían nuestra decisión. Esto funciona de forma similar.
Si decidió dejarnos, que asuma las consecuencias. ¿Qué es lo que tenemos que hacer al respecto?. Es muy fácil: NADA. Seguir nuestro camino. Nada de ruegos, de convencerla, de intentar ver a esa persona, llamarla... :NADA. Tiene que sentir que ya no nos tiene. ¿Cómo?: Esfumándonos por completo de su vida. ¿Y si todo hubiera sido una mala decisión suya?. Es su problema, no el nuestro. La única forma de darse cuenta que nos perdió es precisamente la de que por esa decisión ya no nos tiene más. Simple.
Las súplicas, el rebajarse, el rogar, menoscaban nuestra estima, y permiten que la otra parte actúe ratificándose mucho más en la decisión del abandono. No consintamos esto jamás. Nadie es más que nadie. Si esa persona se va de nuestro lado, tiene que saber que no nos tiene más porque fue lo que quiso. No la demos el gusto de darla la rienda de nuestras vidas si se fue de nuestro lado. Saquemos la fuerza que llevamos dentro y no nos dejemos humillar lo más mínimo. Es duro. Sí. Muy difícil. Pero no nos queda otra. Tendremos que aprender a seguir solos nuestro camino.
Nadie nos va a dar la felicidad, porque la felicidad, aunque en esos momentos no lo veamos, no está en la otra persona, sino en nosotros. ¿A que sin esa persona en un pasado éramos también felices?. Bien. La buena noticia es que queramos o no, en el futuro, o ahora mismo si queremos, lo vamos a seguir siendo. Con otra persona, solos, o quizás –hay casos- con la persona que nos abandonó, aunque en este caso la decisión de volver no dependa de nosotros, pero la de permitir que vuelva a nuestro lado o no, sí lo es. Recordemos de nuevo: Si nos dejó esa persona... ella se lo perdió. No permitamos que tenga su "nuevo futuro".. y nos tenga también disponibles cuando quiera Eso nunca!.
En fin.. todo esto viene de la mano de nuestro amor propio, de nuestra autoestima, de la entrega al 100% a la otra persona, de idealizarla... Quien se quiere mucho a si mismo, sufre sí, pero se recupera rápidamente, no permitiendo que otra persona controle su vida.
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